Vía Conciencia animal
Si bien preocupan los altos índices de sobrepeso, ponerlos a régimen sin ayuda veterinaria es más riesgoso que la enfermedad.
Los gatos de hoy son cada vez menos parecidos a Tom y más admiradores de Garfield. De a poco han dejado los pasatiempos de la caza de ratones o las andanzas por el barrio, para declararse habitantes felices de departamento, que sólo despiertan para comer y regalonear.
Paralelamente, muchos dueños se esmeran en una tenencia responsable de mascotas, y han decidido castrarlos. A menudo ignorando que eso eleva en los felinos las probabilidades de sufrir obesidad y, por lo tanto, no siempre toman provisiones (como cambiar el alimento a uno light).
En este contexto, no sorprenden las cifras estadounidenses que hablan de una población felina obesa cercana al 50% o las estimaciones chilenas, que revelan un preocupante 40%.
Antes un gato cazaba, tenía una dieta balanceada. Hoy, no sólo recibe alimentos comerciales, sino que se sabe que no todos los gatos poseen la capacidad de controlar la cantidad que ingieren, y pueden llegar a hacerlo en exceso. En especial, si la comida es sabrosa y rica en grasa, explica la médico veterinaria de la Clínica Veterinaria Alemana, Denys Adauy.
El peso excesivo acarrea problemas de salud y acorta la sobrevida. De ahí que sea esencial aprender a distinguir a un animal sobrealimentado y a conocer patrones básicos de una adecuada nutrición.
Según tablas extranjeras, la condición corporal óptima del gato debe ser proporcionada: mirado desde, arriba su cintura debe ser visible, las costillas palpables y con una pequeña cobertura de grasa, mientras su cavidad abdominal debe tener un depósito mínimo de grasas.
Para mantener esa figura basta con respetar las raciones que aparecen al reverso de los envases y preocuparse de adquirir fórmulas de buena calidad, indicadas para felinos. No es cosa de darle pellet de perros. El gato tiene problemas para regular la catabolización de proteínas, por lo que necesita de una dieta más alta en proteínas que otras especies para lograr la cantidad adecuada de aminoácidos.
Peligroso régimen
Una buena fórmula debiera tener un aporte proteico cercano al 30% y mencionar la presencia de taurina: aminoácido esencial para la vista, corazón y aspecto reproductivo, que el felino sintetiza por sí mismo.
Entre pellet y comida enlatada, la veterinaria recomienda el primero: ayuda a limpiar los dientes y facilita la digestión. El alimento húmedo sólo le da sabor al plato y debe ser bien medido. A un gato de 4 kilos se le puede dar 1/4 de taza de pellet y 1/4 de lata.
Para un gato con sobrepeso o malos hábitos puede ser peligroso ponerse a régimen abruptamente; es el veterinario quien debe proponer un programa de nutrición. Hay animales muy sensibles a los cambios de alimentación, y eso los puede estresar y hacer entrar en ayuno. Y si un gato deja de comer un par de días, su organismo tenderá a transportar todos los lípidos al hígado por la necesidad de energía, cuadro grave llamado lipidosis hepática. Si es obeso, hay más riesgo, porque moviliza más grasas.
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