Via MisAnimales.com
Los gatos son unos extraordinarios animales de compañía. Son bellos, adorables y precisan de pocos cuidados ya que mantienen una gran independencia. Estos felinos son una de las mascotas más habituales en los hogares de todo el mundo, pero hay muchas personas que tienen alergia a sus amigos del alma.
Casi todos los animales que tengan pelo o pluma pueden producir alergia pero para saber si se es o no alérgico a alguno es necesario compartir, durante tiempos prolongados, ambientes comunes con los mismos. Existe una predisposición genética a desarrollar este tipo de enfermedades y es necesario convivir con el animal para que la reacción alérgica se produzca. Por ello, los animales más frecuentemente involucrados en las alergias en el hombre son el perro y el gato, por ser los que más conviven con él como mascotas.
Este problema se produce en aproximadamente en el 15% de la población. Sin embargo, el porcentaje se eleva a más del 20 % para las personas que padecen asma. En general, los gatos son más alergénicos que los perros (por frecuencia y por severidad).
¿Por qué se produce?.
- Las personas no son alérgicas al pelo de un animal como se cree generalmente. Ciertas proteínas de los animales que se encuentra en la saliva, en la caspa (descamación de la piel) o en la orina pueden ser alergénicas para el hombre. Estas proteínas se desprenden de la piel o se desecan y pulverizan (en el caso de la orina y la saliva) y son acarreadas por el aire en forma de partículas de polvo muy pequeñas, que van contaminando con el tiempo el interior de los hogares y el polvo de esas casas, y por lo general, a mayor tiempo de permanencia del animal, mayores serán proporcionalmente, las concentraciones de estos alergenos en el hogar, que pueden ser contactados por las superficies de los ojos o las vías respiratorias, causando allí los síntomas. La piel también puede reaccionar en forma directa con alergia (ronchas o comezón) al contacto con estos alergenos, sobre todo los de la saliva.
En algunas ocasiones, pueden existir reacciones tardías (más de 12 horas), aunque generalmente los síntomas se dan en pocos minutos después del contacto con los alergenos del animal (contacto directo o por el aire). Para algunas personas, los síntomas se pueden desarrollar rato después y ser más graves al pasar medio día de que se haya interrumpido el contacto con el gato.
Los síntomas más frecuentemente reportados son: rinitis (estornudos, comezón nasal, moco líquido, bloqueo nasal), asociado o no a conjuntivitis (enrojecimiento, lloriqueo, comezón ocular, etc.). La reacción puede ser mucho más severa provocando asma (espasmo bronquial y dificultad para respirar, con accesos de tos, flema en el pecho, etc.) o pueden incluso causar urticaria, angioedema (hinchazón de diversas partes del cuerpo), dermatitis por contacto, prurito generalizado o anafilaxia (reacciones severas con ataque a varios órganos o partes del cuerpo, con o sin baja de la presión arterial o choque).
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